Unión de Rugby del Uruguay 06 de mayo, 2020

Guzmán Barreiro: "En Uruguay estamos aún lejos de nuestro techo rugbístico"

Guzmán Barreiro es Director de Alto Rendimiento de la Unión de Rugby del Uruguay, a la vez que entrenador asistente en Los Teros y de Peñarol, la franquicia uruguaya que jugó la Superliga Americana de Rugby (SLAR). Nos cuenta la experiencia del pasado reciente, del presente y qué depara el futuro mediato del rugby charrúa.

"Lo de Peñarol fue muy intenso" inicia. "Tuvimos un muy buen trabajo de preparación. El desafío fue grande, pues era un plantel donde había muchas diferencias a nivel de rugby -con jugadores con experiencia mundialista y otros muy nuevitos- muchos y diferentes idiomas, conocimientos. Fue muy interesante.”

“Como staff, puedo decir que el trabajo fue muy bueno, con un gran grupo de líderes que logró impulsar y sostener un fino equilibrio entre empujar a los entrenadores a ser mejores y mantener enfocados a los jugadores detrás del objetivo".

"Peñarol es un fin en sí mismo; si bien no es un banco de pruebas de Los Teros, innegablemente lo hemos usado como tal para algunas cuestiones. Ahora estamos haciendo uso de la información recabada para ver cómo la volcamos en el seleccionado".

Buenas personas

Con referencia a lo vivido puertas adentro, el entrenador cuenta que "el staff y los planteles Los Teros y de Peñarol están compuestos por buenas personas. Sin egos. No existe y si existió, quedó afuera.”

“Del lado de adentro, todos estamos y seguimos comprometidos a hacer un buen trabajo independientemente del cargo de cada uno. Algunos de los roles están cambiados y no es algo común, pero todos buscamos lo mismo: mejorar nosotros y a la vez ayudar a los jugadores a mejorar," enuncia Guzmán.

Una vez finalizada la SLAR de manera anticipada, no hubo descanso en la URU. "Lo que hicimos primero fue ir sobre el tema de los jugadores que terminaron con Peñarol. Luego, dimos charlas con los clubes, casi ‘On Demand’. Los recorrimos todos, club por club, en video consultando qué necesitamos. Los 'atacamos', por así decir, de manera personalizada, atendiendo a sus necesidades puntuales".

"En el rugby de Uruguay estamos bien, pero lejos de nuestro techo" asegura Guzmán, a la vez que afirma que "la Academia de Alto Rendimiento del Charrúa tiene, por misión y objetivo, la formación de jugadores que alimente al seleccionado mayor".

Aprendizaje mundialista

Sin dudas, la experiencia del año pasado se está capitalizando.

"Un gran aprendizaje que nos dejó el Mundial de Japón fue que hicimos una buena preparación, pero nos enfrentamos a un rugby más rápido. Si queremos competir a ese nivel, tenemos que exponer a nuestros jugadores a ese nivel. No podemos jugar sólo una vez cada cuatro años. Pero, hasta tanto eso pase, tenemos que seguir formando jugadores que puedan jugar a la velocidad que se juega en el TIER 1. Ese es un gran desafío por delante".

"En la Academia trabajan jugadores M17, M18, M19 y M20. Hay un Manager de Academia y cinco entrenadores con esos equipos. Tenemos dos tipos de preparaciones, por un lado el formato 'Academia' -desarrollo de jugadores en destrezas y parte física- y en otro, preparar la competencia propiamente dicha, como cuando el M18 participa del Campeonato Argentino de la categoría, o la M19 que iba a ir a jugar un torneo colegial en Sudáfrica, o el M20 que preparaba el Trophy," explica el hombre de Old Christians.

"En el interior de Uruguay está Martín Mendaro, con el Centro de Rugby del Norte y se está trabajando muy bien. Hay que tener paciencia, que el trabajo se está haciendo. La detección de talento y el trabajo en virtud de eso, está" cuenta.

Sobre el futuro mediato del seleccionado mayor, afirma que "Los Teros van a tener un plantel con muchos y muy buenos jugadores que, en su gran mayoría, van a seguir siendo los que fueron a Japón. La idea es usar algunos juveniles, pero lo bueno es que la mayoría de los que fueron al Mundial pueden seguir".

Guzmán Barreiro sabe dónde está parado, qué quiere y cómo.

"Arranqué muy joven como entrenador y después empecé a trabajar en colegios y eso me ayudó con mis estudios. Más tarde seguí con la primera del club. Soy muy de mi club.”

“Sin embargo, un día me convocaron para colaborar con un Uruguay XV, vi cómo era esto y sí... ser entrenador profesional siempre pensé que era un privilegio de unos pocos. Poder estar entre esos pocos lo tomo como un privilegio en el que puede trabajar de lo que amo".