Federación Colombiana de Rugby 01 de junio, 2020

El huracán Andrés

Andrés Roberto Gómez Castaño es presidente de la Federación Colombiana de Rugby. Dicho esto, hasta allí llega la formalidad. Extrovertido, con estilo único, le ha puesto su impronta en los más de diez años al frente de la FCR. Su historia es tan peculiar como exitoso su mandato.

Cuenta su vida Andrés y, desde que comienza, cautiva con el relato "Soy hijo único y mis padres me dieron muchísimo afecto y cariño. De hecho, debería decir que fui bastante malcriado, consentido", dice, para dar el puntapié inicial a una historia -casi- de película. 

"Como adolescente, desde mis quince años, acá en Colombia se vivía una fiebre gigante alrededor del ciclismo. Diría que aún hoy es el deporte número uno en el país. En ese momento, tal era la importancia que revestía para nosotros los jóvenes, que le dije a mi padre que quería ser ciclista profesional. Como dije, mi padre me apañaba en todo y me daba libertad para decidir". 

Así, fue detrás del sueño. "Tuve la posibilidad de estudiar en un colegio Jesuita acá en Medellín. No había terminado quinto año del bachiller cuando le dije a mi padre que quería tiempo para entrenarme, para progresar en el ciclismo y que el colegio no me daba ese tiempo. Mi padre me dio el espacio para hacerlo". 

El permiso del padre tenía un porqué detrás. Andrés dice, "mi madre no estaba muy de acuerdo con esto. Durante ese año que mi padre me permitió dedicarme de lleno al ciclismo me entrenaba mucho y volvía, sucio, lleno de tierra, engrasado. A pesar de que me entrenaba mucho, al poco tiempo me di cuenta de que mi cuerpo no estaba hecho para el ciclismo profesional; solito comprendí que ese no era el camino por mucho que me gustara y deseara hacerlo".

Pudo finalizar sus estudios académicos y después de dos semestres y medio estudiando Administración Agropecuaria: “tenía una noviecita que estudiaba eso y bueno...No me interesaba lo agropecuario en lo más mínimo. Soy súper citadino, no soy nada de nada de campo. ¿Me sirvió para incorporar conocimientos? Pues sí, pero nada más".

Fisicoculturismo

Entonces, llegó un momento en la vida de Andrés que fue determinante. "Como siempre, cuando se me da por algo, voy y lo hago a fondo. Y en esa época, me entusiasmé con el fisicoculturismo". 

El entusiasmo fue desbordante en todo sentido. "Esas cosas que me agarran aún, de entusiasmarme con algo e ir a eso con todo. Y gracias al fisicoculturismo empecé a querer y a entender mucho más de la educación física, el trabajo que requiere un entrenamiento para el Alto Rendimiento, llevándome a estudiar Educación Física, la profesión que finalmente abracé con toda mi alma y aún hoy me colma de satisfacciones".

"Seguí con la halterofilia un buen tiempo" cita Andrés. "Viajé, me divertí mucho, conocí mucha gente, pero eso llega un punto que te 'chifla' la cabeza como decimos aquí, porque termina uno envuelto y dominado por un narcicismo tan grande que se hace insostenible de llevar". 

Dejó Andrés entonces esa actividad, pero apareció otra que no estaba en los papeles. "En ese momento en que terminé de estudiar mi carrera de Educación Física, Juan Pablo Montoya (piloto colombiano de Fórmula 1) comenzó su carrera exitosa con el NASCAR en Estados Unidos. Por supuesto, me creí Juan Pablo Montoya".

Profundiza y va sin rodeos. "Esa locura por los autos hizo que cuando salía a la calle me convirtiera en Montoya. Estaba enloquecido con el tunning y esa fiebre me duró aproximadamente dos años. En medio de eso, me casé y volví al ciclismo. Así de abrupto fue," dice Andrés que no puede evitar la sonrisa a medida que cuenta.

"Empecé a correr en Senior Master (con ciclistas profesionales ya retirados, pero activos) y durante cuatro años entrené como un loco para estar a la altura. Me levantaba a las 4 am y hasta las 7am pedaleaba como si no hubiese un mañana. Llegaba y me iba a trabajar, pero ¡el esfuerzo que suponía eso! Todo rojo iba yo a mi trabajo y por supuesto, al mediodía mi energía era casi nula, tenía un sueño atroz, pero igualmente seguía en lo mío. El ciclismo lo era todo," aclara por si hiciera falta.

"Si. Lógicamente, me divorcié" dice también. 

Por fin, el rugby

"En 1998 terminé mi especialización en Deporte de Alto Rendimiento e inmediatamente, realicé un curso de Administración Deportiva en Deportes Antioquia. Empecé a trabajar en 1999 en la Secretaría de Deportes de Antioquia, la más importante de Colombia y cuna de muchos atletas olímpicos".

Allí, en ese curso de Administración Deportiva, su vida tuvo un vuelco definitivo. "Conocí a Miguel Fernández, presidente de la Liga Antioqueña de Rugby. No había en ese momento una federación nacional de rugby, aunque sí las había provinciales. Nos hicimos muy amigos, conversamos muchísimo. Y en esas charlas, le plantee la idea de preparar un curso de preparación física de Alto Rendimiento para el rugby, algo que hasta ese momento no había". 

La ciudad de Medellín tenía unos 300, 350 jugadores de rugby, con una población de dos millones de habitantes. El rugby era un deporte totalmente naciente, en sus albores.

"Llegué, entonces, al rugby como preparador físico; en el 2000 estuve con la Selección Colombia de Seven, en el clasificatorio en Santiago de Chile para Rugby World Cup Sevens 2001 que se iba a hacer en Mar del Plata".

Andrés se enamoró del rugby. "Desde el 2004 al 2008 se armó una comisión de trabajo para constituir la Federación Colombiana y, finalmente en 2010, logramos constituirla. Desde entonces estoy como presidente. Es decir, llevo alrededor del rugby y ligado a él de manera indisoluble cerca de 22 años". 

Ser creativo como estímulo

"La creatividad como estímulo es dejar volar los pensamientos. No me fijo ni en mi edad ni en mi cargo. Me gusta ser descontracturado, me ayuda a visualizar en mis espacios de reflexión, poder encontrar nuevas rutas para tomar decisiones. Trato también de que las cosas se den en los tiempos correctos, pero no aplazo las circunstancias. Si hay que hacerlo, se hace," asegura.

"Trato de amoldarme al contexto siempre que puedo, pero creo que, de alguna manera, ser auténtico es lo que me ha ayudado a ser lo que soy hoy. Le he puesto mi impronta a mis actos, a mi forma de conducir y puedo decir que de alguna forma considero que el rugby de Colombia ha tenido un crecimiento y un éxito que se pueden remarcar," dice con la seguridad de números que lo avalan.

Nuevos gustos

"Hoy, los cómics y algunas sagas de películas, son mi nuevo gusto, algo que me encanta seguir. Encontré allí un ámbito en el que puedo leer, investigar y por supuesto, coleccionar cosas. Como con todo, cada vez que me involucro o me gusta algo, lo hago con todas mis energías. Así es que decidí armar un pequeño museo personal de esto y me da mucho placer poder hacerlo y darme el espacio y el tiempo para disfrutarlo. Está bien, ¿verdad?," pregunta sin esperar ninguna aprobación; ya tiene la suya misma.

Finalmente, Andrés dice, a días de haber cumplido años, ser "un enamorado de la vida y un enamorado del rugby. Le agradezco todos los días al rugby las oportunidades que me ha dado. Soy una persona muy feliz".