Rugby World Cup 04 , 2020

#RWC2007: Pumas - Francia, el bronce y el cierre de una historia única

Esa Rugby World Cup 2007 había sido casi perfecta. Obviamente, dolía todavía la derrota en semifinales, un partido en que salieron muchas cosas más, pero Francia había sido una delicia de destinos para los cientos, miles, de argentinos que desde cerca o lejos, descendieron en París, Lyon, Marsella y durante casi un mes nuevamente en una de las grandes capitales del mundo.

Lo de casi perfecta incluía unos franceses simpáticos, más allá de aquella primera derrota, con un clima ideal – Los Pumas no jugaron nunca con lluvia – y la belleza y la comida de un país al servicio del visitante.

Esa noche en el que Argentina revalidó, como compromiso interno y señal al mundo ovalado, ese partido por el tercer puesto, Francia estaba cursando su tercer día de huelga de transporte.

Llegar al Parc des Princes, aquel coloso, fue una odisea para los hinchas que se quedaron a bancar al equipo que tanto les había dado. Con el otoño empezando a golpear en esa noche parisina, Los Pumas sintieron el calor de la gente, de propios y extraños ya que el juego que desplegaron esa noche fue de altísimo nivel.

El resultado final de 34 a 10 no cuenta que fue un partido duro, complicado, que se fue abriendo de a poco, con el temple del equipo del Tano Loffreda y Agustín Pichot, dos que supieron levantarse y levantar al equipo.

Los tries de Nani Corleto con esa eterna carrera con sus rodillas altísimas, el de Fede Martín Aramburu después de un pase inigualable del genio de Juan Martín Hernández y un espectacular contraataque, el del Turco Hasan en su último partido con la celeste y blanca tras quince años en el equipo, los dos de Felipe Contepomi en otro partido consagratorio. 

Todos recuerdos que volverán a fluir cuando este domingo 5 de abril (12:00 de Argentina), World Rugby vuelva a repetir uno de esos partidos que hacen que la sangre fluya y muestra lo lindo que puede ser nuestro deporte.

Poco importó la incomodidad del transporte esa noche. Los cientos de argentinos que se quedaron a esperar el micro de los jugadores, tuvieron la posibilidad de festejar con sus héroes que no apuraron el regreso al bunker quedándose largo rato en la calle adyacente el estadio y que, poco después tuvieron el gran gesto de acercarse al centro de voluntarios para agradecer el gran esfuerzo desinteresado de ese ejército que ayudó como pocos a que fuera un gran Mundial.

La fiesta siguió en Enghien-les-Bains donde el hotel Grand Barriere se abría para propios y extraños en un tercer tiempo interminable de mucha alegría, alguna que otra bebida, camisas rotas (era parte de la diversión) y el cierre de una historia única. Inolvidable.

 

Foto World Rugby en Español