Federación Colombiana de Rugby 11 , 2020

Rugby, Cactus y un Tackle a la Esperanza

En el Departamento más al norte de Colombia, el rugby ha crecido y se ha instalado entra los indígenas de la etnia Wayú. Su historia y un documental que lo registra.

"Los Wayú son una etnia indígena del Departamento de La Guajira, la región más al norte de Colombia. Ingresar en su entorno es muy difícil, por sus leyes y costumbres. El rugby nos ayuda a enfrentar de manera valiente lo que pasa en dicho entorno, como familia, como hermandad... se convirtió en una cosa maravillosa. Nos abrió espacios para entender y convertir los problemas, en buenos frutos, en algo asible", dice Simeón González, presidente de la Liga de Rugby de La Guajira y factótum del ingreso del rugby en dicha comunidad.

"Cuando vimos lo que había hecho el rugby en nuestras vidas, quisimos acercarlo a los más desprotegidos. La Guajira es uno de los Departamentos más pobres de Colombia, donde la problemática social es enorme", explica Simeón. 

Nueve jóvenes, que creían profundamente en eso de "llevar la pertenencia de nuestra tierra a jóvenes que necesitaban algo a lo que aferrarse para no salirse del camino, convencidos de que el rugby es una herramienta fundamental para la transformación social," comenzaron sin ningún apoyo más que sus propias ganas, asevera.
“De eso nunca tuvimos dudas, ni las tenemos.”

Cactus

Le pusieron de nombre "Proyecto Cactus". Simeón explica que "porque no importa todas las adversidades que pase, no importa el clima, no importa lo que le brinde el entorno, el cactus lo toma en su provecho y se hace fuerte. Y nada más parecido a nosotros que eso. Afrontamos lo que sea y nunca perdemos la esperanza ni la oportunidad para seguir fortaleciéndonos".

Los Wayú, de entrada, sintieron al rugby como esa oportunidad. Porque a pesar de todo, ellos pudieron, a través del rugby, mostrar a todos sus cualidades únicas: las del deporte y las de ellos mismos. 

"Una resistencia física enorme, una gran velocidad y atleticismo en la faz deportiva, además de los valores. Hablamos con los jóvenes, con sus padres, con sus abuelos... la comunidad entera entendió y asimiló el mensaje que conlleva el rugby como deporte y forma de vida".

"Muchos de los que comenzaron a jugar al rugby lograron cambiar, y a través de ellos, cambió su entorno también", dice Simeón, emocionado. "El mensaje se extendió. Les quedó claro que la vida es mucho más que lo que encontraban en su entorno y por eso el rugby creció con ellos y mostró que era el espacio ideal para dejar muchas de las problemáticas atrás".

"El Wayú es, por personalidad, muy tímido. El rugby ha logrado 'abrirlo'. Los niños entendieron eso y son felices practicando rugby. Hoy, más de cinco mil niños de la región, más allá de los Wayú, están cerca del rugby. Vamos tres o cuatro veces por semana a estar con ellos, a ayudarlos a que practiquen el deporte, a que se sientan contenidos, escuchados, sostenidos por algo y ese algo es el rugby y también. Los voluntarios que trabajan con los niños, lo hacen desinteresadamente y aportan tiempo, algo tan valioso", afirma Simeón.

"Esos niños, con pocas o muy escasa ayuda a nivel gubernamental o departamental, gracias al rugby han podido tener un par de zapatillas, o una ropa para poder practicar nuestro deporte, o incluso, vestirse", afirma resuelto Simeón, agregando que "el rugby puso en el mapa a estos niños. Desde que empezamos, ya tenemos chicos adolescentes que están en la universidad, o aprendiendo un oficio".

Try a la Esperanza

Jarvi Escobar es el responsable de comunicación de la Federación Colombiana de Rugby. Además de un excelso y reconocido periodista y voz del rugby colombiano, ha sido el realizador – junto a su esposa, también periodista, Naty Gómez – del documental "Try a la Esperanza", premiado días atrás en Colombia.

"Era una historia que no teníamos planeado filmar, pero estábamos allí en La Guajira, en esa ranchería indígena, y con Naty tomamos nuestros teléfonos celulares y simplemente, empezamos a hacer imágenes, entrevistas. Editamos las partes y a posteriori, nos ayudó una productora. Eso fue en 2017...", manifiesta Jarvi.

"Entre los Wayú no había un acuerdo generalizado sobre si estaba bien que se hiciera este documental, o que lo publicáramos. Fue ciertamente motivo de debate.  Finalmente, los convencimos de que la historia, y el hecho de visibilizarla, los iba a ayudar de manera positiva, que en el ámbito internacional iba a tener repercusión... y acá estamos, con el premio bajo el brazo, felices a más no poder", cuenta.

Emociones fuertes

Jarvi no puede olvidar lo allí vivido. "Nos emociona mucho esta historia. Como decimos acá en Colombia, es una historia muy bacana".

"Desde lo periodístico y humano, uno llega a tener mucha sensibilidad al vivenciar lo que ocurre y cómo viven allí. Es una zona bien al norte de Colombia, una de las más pobres de nuestro país, lejos de todo.”

Agrega: “es una zona de muy difícil acceso, donde hay que tener los permisos de los líderes de las comunidades para poder acceder allí. Bien difícil es vivir en esas comunidades. En muchos lugares, la desnutrición, la falta de recursos es agobiante y deja una sensación muy amarga, dolorosa".

"Ver crecer el rugby allí y ver el alcance y la influencia que ha tenido y tiene nuestro deporte merece un monumento a la trascendencia de lo que representa el rugby: los valores. Esto nos tiene que emocionar a todos. Uno ve en los ojos de los chicos una pasión y un compromiso que no se ven seguido allí, donde las posibilidades son mayores". 

Jarvi cierra con una frase esperanzadora, tanto como el try que da nombre al documental. "Ellos hoy ven una pelota de rugby y se transforman. Ven alegría, ven sueños, lo disfrutan, y eso no tiene precio. Esto toca el alma y el corazón".