Unión Argentina de Rugby 06 , 2020

El camino del Carpincho

El rugby llegó por sorpresa y hoy es el motivo de orgullo y empuje de un pueblo de apenas mil habitantes, en el corazón de la provincia argentina de Corrientes. La historia de Rafael Muzio, Mauro Fernández y Carpinchos RC.

Colonia Carlos Pellegrini es un pueblito muy chico, de apenas mil habitantes, ubicado a las puertas del Parque Nacional de los Esteros del Iberá, en el exacto corazón de la provincia de Corrientes, en la mesopotamia argentina. En la Colonia, que aún tiene calles de arena, el eje por el que pasa casi todo es el turismo. De eso viven. 

Rafael Muzio vive y trabaja allí, en Colonia Carlos Pellegrini. "Mi vida pegada al rugby viene de muy chiquito, cuando empecé en Hípico Pay Ubre de Mercedes, que está a 120km y es la ciudad más cercana".

"Administro una posada acá en los Esteros y un día, hace unos años, se me arrimó un chico del pueblo, me dice que sabía que yo había jugado al rugby, que si me gustaría enseñarles a él y unos amigos a jugar porque habían visto rugby en la tele y querían jugar. De por sí, una situación a la inversa de como pasa casi siempre – uno es el que quiere hacer jugar al rugby a los chicos y sale a reclutarlos para ver si se interesan, ¿no?" rememora Rafael.

¿Cómo arrancó todo? Así lo cuenta el propio Rafael "Empezamos con siete chicos. Por supuesto, algunos no tenían zapatillas ni ropa deportiva. Pero querían jugar y conocer el rugby. Arrancamos a pasarnos la pelota en un campito".

"Al poco tiempo, de siete pasamos a catorce, de catorce a veinte y de veinte a cuarenta y así llegamos a tener a setenta chicos jugando en un lugar que, repito por las dudas, sólo viven mil personas" cuenta emocionado.

Cuando el proyecto de Carpinchos Rugby Club estaba en vías de nacer, apareció en la Colonia una persona clave en esta historia. Llegó a la escuela un profesor de Educación Física para dar clases, con la inmensa suerte y bendición que él era entrenador de rugby ¡y de infantiles! 

Así, se sumó al proyecto Mauro Fernández; todo se allanó y empezó a tomar otro color. "Su presencia, constancia y compromiso para avanzar fueron y son clave en todo esto" dice Rafael. 

“Somos Carpinchos Rugby Club, pero no somos un club aún, puesto que no tenemos personería jurídica,” explica. “Para nosotros, Hípico Pay Ubre es como nuestro hermano mayor. Estamos en vías de ser club-club, pero necesitaríamos algún asesoramiento más, porque acá lo que queremos y vamos haciendo cada tanto es sacar a los chicos a las ciudades vecinas para que puedan jugar, sociabilizar con otros chicos de Mercedes, Curuzú Cuatiá o Virasoro. Nos habíamos puesto como meta en un principio, poder hacer un viaje anual a algún lugar donde jugasen Los Pumas..." 

El esperado y deseado viaje finalmente ocurrió en septiembre de 2017, cuando pudieron ir a Buenos Aires a ver a Los Pumas contra los All Blacks, en Vélez. 

Cuenta emocionado: "esas caras de los chicos – algunos nunca habían salido siquiera del pueblo - no las puedo explicar con palabras. Me conmuevo al recordarlo; fue la concreción de un enorme sueño de todos. No solo por la enormidad de Buenos Aires, sino cuando se encontraron en Vélez... fue algo impagable, maravilloso. Una experiencia que cuesta explicar".

"Esa noche -ahonda- nos albergaron en el Regimiento de Granaderos a Caballo y al día siguiente, fuimos a un parque temático antes de volver a la Colonia. Lo que vivimos en ese viaje, tanto los chicos como nosotros, es indescriptible". 

El entusiasmo los llevó a insistir con el emprendimiento. "Todo esto sale de un apoyo descomunal de un montón de gente del pueblo, de otros lugares, que ni nos conoce pero que a través del rugby nos ayuda con el proyecto. Mucha gente nos empezó a donar ropa, botines... esto siguió y siguió y decidimos entonces hacer un encuentro anual de rugby infantil – Encuentro Infantil del Iberá – al que, con ayuda de la provincia, logramos traer unas 300 personas que se albergaron en el camping.”

“Es decir...en un fin de semana recibimos un 30% de la población de la Colonia en un encuentro de rugby, sumando chicos, entrenadores, padres y voluntarios. Es algo que se duda en hacer por la envergadura del proyecto, y de repente cuando querés acordarte, te encontrás en el medio del mismo".

Rafael explica que "con lo que se recaudó, una parte se destinó a solventar el evento y con lo que sobró, que no era mucho, comenzamos a pensar en el siguiente viaje". Ese lugar fue Salta, donde Los Pumas enfrentaron en 2018 a Australia.

Ya estaban en el baile y decidieron seguir bailando. "Como el primer encuentro había sido un éxito, encaramos el segundo. Nos metimos con todo para hacer otro encuentro de rugby infantil, pero esta vez, para seiscientas personas. ¡No lo podíamos creer!”.

Más de la mitad de la población de la Colonia en un fin de semana de rugby, integración social, turismo, con chicos de diferentes ciudades de la región: Concordia, Corrientes Capital, de Mercedes.

"Esos son buenos recuerdos" manifiesta Rafael, que lamenta profundamente el parate provocado por la pandemia del COVID-19.

"Completamente razonable y entendible. Todo está frenado. Lo único que no está frenado es el espíritu del rugby, que ya está instalado acá en la Colonia. El rugby es parte de la vida de los chicos y de los grandes y ojalá se comporte como una herramienta para el futuro. Ese es nuestro deseo. Estamos en el buen camino".

Una vez que termine la cuarentena, los chicos de Carpinchos volverán a salir al campo a corretear detrás de una ovalada, como tantos otros alrededor del continente. Y los sueños volverán a empezar a forjarse en proyectos para volverse realidad.