Fabrizio Tzorin es Educador de World Rugby en Guatemala, el país más al norte en el éjido de Sudamérica Rugby. Para saber y conocer un poco más, nos cuenta el presente del rugby en su país.
Fabrizio, ¿cómo es la actualidad del rugby allí?
Está en una etapa de desarrollo, en la cual intentamos primeramente, masificar. Eso genera que nos van a dar la capacidad de procesos dirigidos al desarrollo del deporte. Contamos hoy con entre seis y siete equipos jugando rugby XV masculino. En cuanto al femenino, hay seis equipos, pero acá, la prioridad la tiene el seven.
Eso es en mayores. En juveniles masculinos, tenemos participación de cinco equipos de seven y estamos implementando la rama femenina también. La idea era tener jugando para esta época a jugadoras involucradas en Tens (10 atletas). La idea es que los equipos puedan tener alguna participación.
Por lo general -y al menos así ha sido durante los últimos dos o tres años- hemos aprovechado el receso escolar de junio para que, en esa época, los equipos puedan tener algún tipo de programa de masificación o búsqueda de atracción de nuevos jugadores. Acá la temporada tratamos de hacerla efectiva durante todo el año.
Tenemos contratados cuatro entrenadores a nivel nacional que nos ayudan a masificar y ejecutar los planes estratégicos. La idea es que esos entrenadores puedan tener cada uno un equipo de XV juvenil masculino y uno de seven femenino también juvenil para entrenar.
Nuestro plan de desarrollo se basa en que la gente y los potenciales jugadores conozcan el deporte desde que ingresan a la escuela secundaria y que en esa etapa juvenil, puedan formarse y tener desarrollo como tales.
Ese es el enfoque para los próximos tres años, hasta 2022, para después ir reduciendo las edades de captación. Hasta hoy, tenemos inscriptos entre doscientos sesenta a doscientos ochenta jugadores.
¿Cuál ha sido el crecimiento del rugby entre los más jóvenes?
Tratamos de modificar el tema competitivo. Queremos implementar una categorización que sea definitiva; por falta de jugadores, muchas veces teníamos juveniles jugando con mayores de edad.
Si prohibíamos que jugaran, no iban a poder jugar al rugby por no tener rivales de su edad. Cuando Sudamérica Rugby empezó a implementar competencia para categorías juveniles, en nuestro nivel hemos podido comenzar a hacerlo. Ahora contamos con unos setenta y cinco a cien atletas juveniles
¿En qué estado de desarrollo sitúa al rugby en tu país? ¿Cómo lo describirías?
Pongo dos puntos de vista: el de Sudamérica Rugby y el de nuestra entidad nacional, la Confederación Deportiva Autónoma Guatemalteca (CDAG).
Nuestro desarrollo, a nivel SAR, es inicial. Nuestros atletas mayores, los que juegan al rugby, tienen de promedio unos treinta años. Ese es un problema, porque por diferentes circunstancias relacionadas con la vida del adulto, hace que sea complejo poder tenerlos jugando una competencia oficial programada. Por eso queremos desarrollar más juveniles.
Tenemos árbitros. Uno de los factores importantes a los que le damos importancia es tener buenos educadores con nivel de Sudamérica Rugby para que la capacitación se mantenga activa y para poder formar así a entrenadores y otros actores, que a su vez se forman también en actividades de coaching, administrativas y de variadas índoles. Lo que deseamos es que estos puedan -alguno de ellos- entrenar el equipo nacional de VII. Ese es el objetivo con el cual los mantenemos incentivados trabajando.
Las chicas han conseguido crecer. Han aprovechado haber competido en Centroamérica y Sudamérica. Varias de esas atletas decidieron formar clubes y comenzar con el trabajo de divulgación, captación y desarrollo del rugby a nivel juvenil femenino, generando con ello dos equipos solo de mujeres.